lunes, 11 de mayo de 2009

¡PÁJAROS Y PRESUMIDOS!

¿Quién dijo que aquello de arreglarse era solo cuestión de la especie humana? ¿Acaso es solo el hombre el que pretende pavonearse delante de las chicas?, ¿Somos los chicos a los únicos que nos gusta "arreglarnos" para conquistar a las chicas?

Nada más lejos de la realidad, en el mundo de las aves también el chico más guapo es el que más liga. Por desgracia para nosotros, los feos, el éxito con las chicas, aunque parezca mentira, es una cuestión ni más ni menos que de Selección Natural, en concreto de Selección Sexual.
La mayoría de las "decisiones" importantes que se toman en la naturaleza tienen que ver, como no podía ser de otra manera, con el sexo.
Las hembras de todas las especies, incluido el hombre, pretenden, inconscientemente, y aunque a muchas lectoras les duela, dejar la mayor descendencia posible. Y aquella que pretenda actuar de otro modo estará llendo en contra de los designios de la naturaleza.
Guiada por un instinto que se encuentra determinado en los genes, y que por tanto, es heredado de generación en generación, la hembra trata de que sus genes no se pierdan en la población y que sigan existiendo en la generación posterior.
Esto que a primera vista puede parecer un tanto frío y simplón es la regla básica de "la supervivencia del más fuerte" que enunció el padre de la biología Charles Darwin.

Efectivamente es la naturaleza de todas las especies tratar de que sus genes perduren y, por tanto, las hembras tienen la necesidad biológica de escoger a aquel macho que sea capaz de proporcionar la mejor selección de genes que, combinados con los suyos, dejen la mayor descendencia posible.

El hombre feo, patético animal, trata de engañar a las hembras, tratando de disimular esos genes mediocres, y sale de fiesta engalanado para tratar de disimular sus carencias, ya que en biología, la salud y la capacidad para dejar descendencia están estrechamente relacionadas con el aspecto exterior.

En el mundo de las aves, como no podía ser de otra manera, ocurre exactamente lo mismo que en el hombre. Aquellos individuos que presenten las características más llamativas, es decir aquellos que sean más grandes, más fuertes, tengan colores más llamativos o canten más alto serán los afortunados que sean escogidos por las hembras para procrear, y... no nos engañemos, a los machos nos encanta procrear!
Así se produce una fuerte presión de selección en la naturaleza ya que poco a poco se irán seleccionando por las hembras, generación tras generación, aquellos machos mas vistosos.

Debido a ello, debo explicar a los lectores noveles en la materia que la mayoría de especies de aves cambian parte o el total de sus plumas antes de la reproducción con el fin de "engalanarse" ante las chicas y tratar de conquistarlas.
En el mundo de las aves podemos encontrar numerosos ejemplos de esto:

El anade real (Anas platyrhynchos) pasa el invierno con un plumaje pardusco poco llamativo, sinembargo, en la época estival se viste de fiesta con un plumaje de lo más llamativo.










La Garceta común (Egretta garzetta) adopta unas plumas nupciales especiales cuya única función es la de impresionar a las hembras.


Es famoso el cortejo de la Avutarda (Otis tarda)

Y el mundo de los pequeños paseriformes no es una excepción. El Pechiazul (Luscinia svecica) adopta un manto de un tono azul espectacular durante el cortejo.










En definitiva, el comportamiento del macho, independientemente de la especie como podemos observar, está governado por leyes biológicas, por tanto... mujeres de la tierra, no juzgueis nuestros actos. ¡son fruto de nuestra naturaleza!
Libros relacionados y de aconsejable lectura:
  • El origen de las especies (Charles Darwin)
  • El gen egoista (Richard Dawkins)